Albert Rivera en PPelotas... ¿y qué PPasa?
Raúl Tristán: El pecado de Albert ha sido ocultar esa información, tal vez incluso enmascararla, pero no se lo tengamops en cuenta, en un pais como el nuestro, donde los intransigentes son tan abundantes, donde se aguarda al hombre libre tras cada esquina y revuelta, con la navaja trapera o el puñal sedientos de sangre, lo propio es salvaguardar las ideas, que en el fondo es lo que debería importarnos, aun a costa de difuminar un pasado que, por otra parte, no es en absoluto deshonroso o indecoroso, sino simplemente es.
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