jueves, 7 de diciembre de 2006

El pretendido cosmopolitismo de Ciutadans es más que discutible

Albert Recio no sabe que es el jacobinismo: Aunque en su campaña han predicado “que cada cual hable como quiera”, se trata de una demanda que sólo se aplica al español, pero que se niega para los nuevos inmigrantes parlantes de muchos otros idiomas. No hay por tanto defensa de un derecho universal al uso individual de la lengua, sino reivindicación de lo español sin más. Es en todo caso jacobinismo a la francesa. Quizás hubiera sido una buena solución, pero difícilmente es viable en una sociedad donde el catalán esta consolidado socialmente y en un momento histórico donde el plurilingüismo se plantea como una necesidad civilizatoria. Me resulta extraño entender que alguien encuentre natural aprender inglés y se resista a aprender catalán viviendo en Catalunya (máxime cuando, como ocurre con otras lenguas latinas, la proximidad es real y el esfuerzo de aprendizaje es absolutamente marginal). Es evidente que cuando uno vive en un mundo plurilingüistico debe ser respetuoso con los demás, con su dominio del idioma, con su preferencia en expresarse en uno u otro, pero considero poco aceptable que se plantee sin más un modelo que niegue de facto la posibilidad de consolidar una lengua en el ámbito espacial en la que siempre ha existido. El resultado de unos veinte años de inmersión lingüística en catalán no ha alterado el predominio del castellano en amplios sectores sociales, ha servido como mucho para que la inmensa mayoría entienda, lea o pueda hablar (con mayor o menor fluidez) el catalán y hacer sostenible la fluidez de una sociedad bilingüe sin demasiados problemas de convivencia. Sin duda a veces hay excesos y deben denunciarse, pero las actitudes extremas se encuentran en ambos lados. Centrar un programa político en esta cuestión puede ser el camino más corto para generar radicalización

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues es que no has entendido nada. Nuestro objetivo es la expansión de la lengua de Cervantes, eliminando lenguas menores como el catalán. Claro que de momento tenemos que pedir bilingüismo, para evitar que el catalán pueda recuperar terreno a la lengua española; pero sabiendo que si lo conseguimos el catalán no tendrá la fuerza suficiente para sobrevivir, y acabará muriendo como es su destino.
En Valencia, donde el Partido Popular ejerce de verdadero partido español, y no como el PP catalán que juega a regionalismo, ya se están viendo los frutos: el valenciano está retrocediendo e incluso se puede dar por desaparecido en algunas ciudades.
Vamos a seguir ese mismo ejemplo, y ganaremos. Aunque aquí, en primer lugar tendremos que crear tensiones internas en la sociedad catalana, para evitar esa pretendida cohesión de que tanto alardean.